Reflexiones deportivas de madrugada II

En una de las primeras incorporaciones al blog, escribí que Ricky Rubio podía perfectamente no solo lograr un triple doble, sino un cuádruple doble. Tras conseguir el primero, de inmediato, medios con numerosas cabezas pensantes han empezado a apuntar esta posibilidad -un poco tarde, chicos. Tras lograr unos espléndidos 21 puntos, 13 rebotes y 12 asistencias con los Wolves, frente al equipo con mejor récord hasta ahora, San Antonio Spurs -incluida una bella jugada en la que se pasa dos veces el balón por detrás antes de anotar- ya se ha echado mano de la hemeroteca para ver que en toda la historia de la NBA solo cuatro jugadores han logrado previamente un cuádruple doble y de ellos solo uno ha sido jugador exterior, Alvin Robertson, que en 1986 logró 20 puntos, 10 rebotes, 11 asistencias y 10 robos. Los otros tres fueron pívots quienes completaron el cuádruple doble con tapones, Nate Thurmond que en 1975, hace casi 40 años, logró 22 puntos, 14 rebotes, 13 asistencias y 12 tapones, Hakeem ‘The Dream’ Olajuwon en el 1990 18 puntos, 16 rebotes, 10 asistencias y 11 tapones y en 1994, hace casi 20 años fue el último, a cargo de David Robinson con 34 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias y 10 tapones. Muchos partidos de Ricky se ha quedado con seis balones robados. Si sigue esta mejoría seguro que pronto llega a lograrlo o que al menos los triples dobles pueden ser una constante.

Respecto al triunfo del Barça de anoche, solo comentar que de nuevo preferí no verlo, como ya había hecho con los dos derbis previos ante el Real Madrid. He de reconocer que no creía en este equipo -como decía Piqué en la previa de ser socio hubiese entregado mi carnet a otro- pues la autocomplacencia es el peor de los males de las grandes dinastías y las numerosas participacíones de los jugadores en actos publicitarios extradeportivos -lo del pie de oro de Messi de una joyería japonesa es alucinante, por mucho que una pequeña parte de lo recaudado fuera con fines benéficos. Pero no, este equipo volvió a demostrar que sigue sin querer dar su brazo a torcer y acompañará al Real Madrid y al Málaga en cuartos -tres de cuatro hemos metido en cuartos-, junto a otros dos alemanes -que también escribí eran mis favoritos para disputar la final, aunque al Bayern estuvo cerca el Arsenal de eliminarlo y tampoco lo pasó bien el Borusia hasta que sentenció en casa- ningún equipo inglés -la mejor liga a priori-, un francés, un turco y un italiano. Además de volver por sus fueros con su entrega y efectiva presión, también tuvieron su punto de suerte con el balón al palo de Niang justo antes del 2-0. Y es que muchas veces los grandes partidos se deciden por pequeños detalles -Messi envió aquel penalti al larguero ante el Chelsea la pasada campaña o Iniesta logró el famoso ‘iniestazo’ de Stamford Bridge. Como curiosidad final decir que llegué a casa y vi que el marcador era de 3-0 antes de entrar en el descuento. Volví a apagar la televisión y al poco escuché gritos de celebración de un gol. Hasta que no volví a encender el televisor no supe si eran gritos de los madridistas celebrando la eliminación o de los barcelonistas asegurando la continuidad. Un último deseo para el sorteo del viernes: no volver a vivir un Barça-Madrid por partida doble por el amor de Díos -que el papa argentino y tocayo mío interceda por ello. A lo sumo a un partido, en Wembley, aunque para mi los alemanes, si no se cruzan, los sigo viendo como favoritos.

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