En poco tiempo, unos tres días de diferencia, he visto un hecho similar en dos de mis deportistas favoritos: Lionel Messi y Kobe Bryant. Es cierto que los dos fueron importantes sobre el césped o el parqué, uno iniciando la jugada del gol de Pedro y el otro con 34 puntos, dos triples inverosímiles y dos tiros libres, ya roto, antes de irse a vestuarios. Pero me quedo con la inyección psicológica que supusieron para sus respectivos compañeros, el tenerlos con ellos, con su misma camiseta, a su lado. Su sacrificio ayudó a que sus los Villa, Iniesta, Pedro, Gasol, Blake, Metta, Howard… incrementaran sus fuerzas y unos empatasen y otros ganasen, los dos de forma ajustadísima, pero al menos válida para seguir teniendo, ambos, vivos sus sueños ¿inalcanzables?.
Por lo que parece Kobe va a ser difícil que vuelva pronto, si los peores pronósticos se cumplen podría tener el talón de aquiles roto -como el propio Aquiles, su único punto débil, parece ser- y los Lakers se quedan a dos partidos muy difíciles de ganar en casa ante San Antonio y Houston, de forma obligada, pues Utah está al acecho, para tener el ‘premio’ de ser octavos en play-offs y, con casi toda seguridad, ser arrasados por 4-0 en la primera ronda de play-off por los Oklahoma City Thunder de los Durant-Westbrook-Ibaka que van como un trueno. Muchas incógnitas de futuro sobre mi franquicia favorita, unos Lakers que parece van a tener que atravesar por otra larga travesía por el desierto -la ciudad, Los Ángeles, aún podrá refugiarse en los Clippers de Griffin- como posiblemente también le pase al otro gran equipo, los Celtics. La edad no perdona. Y Pau Gasol será una víctima colateral. Al menos siempre nos quedarán aquellos dos anillos. ¿Podrá Marc, Ricky o algún otro español igualar esta proeza o al menos volver a ganar un título?. Kobe también va a tener difícil lograr aquel sexto anillo por el que tanto suspiraba, para igualar al mítico Jordan, así como acercarse aún más a los dos máximos anotadores históricos de la NBA, Kareem Abdul Jabbar y Karl Malone.
Por contra, Messi parece estar bastante ‘bien’ para el riesgo que asumió. Siendo pesimistas va a tener difícil superar su récord de 50 goles logrados la pasada temporada, aunque iba a ritmo de conseguirlo, pues en liga, mientras esté la Champions, lo vamos a ver poco, Tito lo va a meter en formol. Pero lo peor está justo en la Champions y es que el Barça se va a enfrentar en menos de 15 días, a los Oklahoma del fútbol europeo, un Bayern Munich perfectamente engrasado con los Javi Martínez, Robben, Ribery, Gomez, Neuer y compañía, los futuros jugadores del Pep Guardiola. El destino tiene guiños que ni el mejor guionista podría imaginar. En frente, un Barça en el que a los Xavi, Busquets, Piqué, Puyol, Mascherano, Adriano… o les pesan hasta las botas o simplemente no se las pueden poner. Tampoco tienen un panorama muy halagueño en el horizonte en el Allianz Arena. Esperemos que el Camp Nou y una milagrosa y completa recuperación de Messi-Puyi pueda obrar lo que ahora parece un sueño. El Madrid, por contra, mantiene en perfecto estado de revista a su columna vertebral -tal vez solo Xabi Alonso un pelín tocado también por agotamiento y es que me da miedo el papel de La Roja en la Copa Confederaciones- al igual que el Borussia, en lo que tiene los visos de ser una eliminatoria de muchos goles, pese a tener cada equipo a los centrales del futuro, Varane y Hummels. Yo, esperando equivocarme, mantengo mi pronóstico de cuando empezaron los cuartos: final alemana en Wembley.